La violencia contra la mujer no solo deja marcas psicológicas en quienes la sufren, sino también priva a las víctimas y a la comunidad de mejor situación económica.

Cuando una mujer es víctima de violencia, no solo sufre ella sino también sus hijos, su familia, su comunidad, su distrito y su país.

En Villa el Salvador, por ejemplo, un distrito limeño donde una de cada dos mujeres ha sufrido violencia en el último año, el costo de no prevenirla es mayor al monto de inversión que tiene el municipio para hacer obras públicas, según un reciente estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“El costo que pone la comunidad, que sale del gasto del bolsillo para atender una situación de salud, de tratamiento, de búsqueda de ayuda, todo eso suma 240 millones de soles en Villa el Salvador solo el año pasado”, comenta Diego Antoni, especialista en políticas de género del PNUD.

Este mismo estudio detalla que una mujer violentada deja de trabajar durante 20 días al año, y sus hijos corren con una suerte parecida: Durante doce meses se contabilizaron 20 mil horas académicas perdidas en niños cuyas madres son víctimas de maltrato. 

Así como la violencia le cuesta millones a Villa el Salvador, al Perú le cuesta miles de millones de soles al año. De acuerdo con la Universidad de San Martín de Porres, las empresas peruanas pierden cerca de 11 mil 400 millones de soles al año, el doble de lo que nos cuesta no luchar contra la 

corrupción, según Natalia Manso de Pacifico Business School.

“Estamos hablando que aproximadamente la violencia le cuesta al Perú casi el doble de lo que le cuesta luchar contra la corrupción. Ahora, yo me pregunto, cuánto tiempo, recursos y presupuestos dedicamos a luchar contra la corrupción, que es muy necesario, y cuánto dedicamos a luchar contra la violencia de género“, cuestiona Manso.

Para disminuir estos costos, el Estado debe  garantizar un adecuado sistema de salud y educación, explica María del Carmen Sacasa, del PNUD, ya que al año una mujer gasta hasta 1,485 soles en tratamientos  y hasta 406 horas en búsqueda de ayuda al año.

“Si bien todos los sectores tienen responsabilidad, obviamente el Estado es el que tiene que garantizar el derecho de las personas y esto, desde una perspectiva de derechos, el sector Educación y Salud son vitales”, comenta la representante del PNUD en el Perú.

A nivel global, una de cada tres mujeres reconoce que ha sufrido violencia física, psicológica o sexual en algún momento de su vida, según las Naciones Unidas.

La violencia está más cerca de lo que creemos y depende no solo del estado, sino de las empresas y de los familiares reducirla en los próximos años.